Transformando las telas en portadoras de sueños, con el terciopelo mate y el lino color arena estrella como inspiración, el fondo degradado de Morandi evoca nubes teñidas por la luz matutina, y las tiras de luz de fibra óptica ocultas tejen galaxias fluidas entre la textura de la tela. Al anochecer, las líneas de longitud y latitud en la pared se transforman en una neblina degradada, del rosa púrpura al azul índigo, con la luz que se respira, simulando la textura brumosa de la luz de la luna que penetra a través del tul. Con el módulo blando desmontable con forma de nube, el dormitorio se convierte en una cabaña flotante para dormir, y la sala de estar en una página de cuento de hadas palpable: rozar las yemas de los dedos sobre las suaves protuberancias de la tela es como tocar las alas temblorosas de un sueño. Cada arruga es la entrada a una tierra secreta de fantasía, tejiendo un hábitat de nubes respirables para el bosque de acero, permitiendo que cada mañana se extienda lentamente en la suave fantasía de lo virtual y lo real.
